Caves Barabos

El viaje comienza en cuanto cruzas la puerta de mi tienda. El mundo del vino es un territorio infinito, y conozco todas las carreteras principales, los desvíos insólitos y los caminos secundarios. Te acojo con igual placer, tanto si eres un neófito, un gran conocedor, un simple curioso, un principiante o un gourmet experimentado, y te acompañaré en cada paso del camino. Empiezo escuchando quién eres, comprendiendo tus expectativas e identificando tus necesidades, antes de guiarte hacia la botella que parece hecha para ti. Habrá sorpresas y obviedades, sabores nuevos que no sabías que existían y gustos que resuenan con tu verdadera naturaleza. Habrá vinos que sublimen una mesa, paisajes familiares que tranquilicen y perlas raras que recordemos siempre. Apoyo: así es como veo mi trabajo.

El apoyo también significa identificar, controlar y animar a los productores con los que trabajo. Aunque muy diferentes, «mis» viticultores son todos apasionados y apasionantes. Son hombres y mujeres comprometidos con los que hemos forjado relaciones especiales. En sus pequeñas fincas, cultivan vinos representativos de sus terruños, principalmente ecológicos, biodinámicos o naturales. Todos comparten el amor y el respeto por la tierra, el vino y la gente. Todos ellos cuidan mucho sus viñas, vendimiando a mano y embotellando su néctar sólo cuando la fermentación se ha completado de forma natural. Me gusta comprender su estado de ánimo para poder transmitírtelo. Modesta y apasionadamente, me considero un conducto para la exploración sensorial.